Esto es un escrito diferente, lo siento no quiero
decepcionarte amigo mío, pero hoy tocare un tema contigo que me ha perseguido
por mi vida literaria; luego de más de 3 años escribiendo, analizando la
tristeza, como puede que la tristeza conecte a los demás de una manera muy única
porque siendo sinceros todos en algún punto de nuestra vida nos hemos sentido así
y leer sobre esto nos puede identificar, no ahora mismo, pero si antes, si después,
en unos años, o en tan solo en unos minutos… Pero debo admitirlo tengo una admiración
increíble por aquellas personas que escriben sobre la “Felicidad”.
La felicidad es como aquella luz resplandeciente, que puede
observarse en aquel abismo oscuro y frio, donde siempre se ha encontrado
tristeza y melancolía, aunque no parezca un chico suicida puede ser feliz, en
sus acciones, o en la paz que obtiene al ser el mismo. La felicidad la
encuentras en aquel te amo de la persona que nunca y siempre esperaste
recibirlo.
Yo soy feliz, okey
eso suena algo fingido, ¿Qué tal esto? Cada vez que observo tu mirada junto a
la mía, cada vez que nos levantamos juntas, cada vez que al bañarme siento tus
caricias, cada vez que me dices “Yo puedo”, cada situación en la que nos
encontramos solas pero aun así nos sentimos acompañadas, esto es así de simple
yo soy feliz contigo, tu eres feliz conmigo, porque nos acompañamos desde el
nacimiento y desde incluso antes. Yo soy feliz porque conmigo misma me puedo
levantar, y me conozco hasta el punto de saber cómo entristecerme, o como
alegrarme, o llegar a ese punto de “felicidad” que puede convertirse en un éxtasis
inexplicable con un simple “Yo puedo”.
- Kylie Ferraro Libro "LOVE MYSELF" (Capitulo 2)
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